sábado, 29 de diciembre de 2007

Horario poco habitual

Creo que es la primera vez que preparo un desayuno así.

Hay días, ya sean laborales o festivos, que al poquito de levantarte ya sabes lo que quieres hacer, y con frecuencia van engranando cada una de las cosas que tenías prevista, de forma que el día transcurre casi sin darte cuenta, de lo bien que va.

Hay días, que sin saber porqué te levantas en un horario poco habitual.

Hoy empecé el día así, y ha ido casi casi a mejor.

Es lo que tiene levantarse a una hora que no es la habitual, que hasta que coges el ritmo, hasta que encuentras la forma de empezar el día, te encuentras un poco perdid@.

Al estar en la cocina, sin saber si desayunar, si salir sin comer, recordé los desayunos que en ocasiones preparaba mi padre, a base de café con leche, papas recién fritas y pan.

Acercarme a comprar el pan, hecho de hoy. Saludar a esa hora tan poco habitual a quien andaba ya por la calle. Dejar un poco de lado la rutina, y ponerme a pelar las papas, esperar por el aceite para poder freírlas.

Ya con el café con leche, el plato de papas fritas, empezar a comer, bocados de pan, para no quemarme con las papas recién sacadas de la sartén. Alguna que otra papa que sigue quemando, y que va derechita a refrescarse un momento en el vaso de café con leche, lo que le da un sabor diferente, algo especial.

Por supuesto que ha merecido la pena levantarme a esa hora inusual.

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